El suelo no es solo tierra, sino un ecosistema lleno de vida. Allí habitan hongos, bacterias, lombrices e insectos que forman la red trófica.
Cada organismo cumple un papel en el reciclaje de nutrientes. Este proceso invisible crea un lenguaje de señales químicas y biológicas.
Gracias a él, las plantas reciben lo que necesitan en el momento justo. Se fortalecen sus raíces y aumenta su capacidad de defensa. Así logran ser más sanas, productivas y resilientes al cambio. Comprender esta red es aprender a cuidar la vida en su base.
La salud del suelo es también la salud de todos nosotros.
Con Eduardo Andrés | Socio y director de negocio en Organic Sanna